02/nov
Victoria Moriche
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El Poder Terapéutico de la Danza: Un Vínculo Científicamente Probado entre el Movimiento y la Salud Mental

La danza, una forma de expresión artística que ha existido desde tiempos inmemoriales, va más allá de la simple actividad física. Numerosos estudios científicos han demostrado los beneficios terapéuticos de la danza en la salud mental y emocional de las personas. Esta práctica milenaria no solo permite el movimiento grácil del cuerpo, sino que también desencadena una serie de reacciones en el cerebro que promueven la curación y el bienestar. En este artículo, exploraremos algunos de los hallazgos científicos más destacados que respaldan los beneficios terapéuticos de la danza.

La danza ha demostrado ser eficaz en la reducción del estrés y la ansiedad. Un estudio publicado en la revista «Arts in Psychotherapy» en 2016 apuntó que las sesiones de danza regular disminuyeron significativamente los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en participantes con trastornos de ansiedad. Además, bailar libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que actúan como analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo. Otro otra artículo de 2018 de la misma publicación afirma que bailar proporciona un espacio seguro para la autoexpresión y el desarrollo personal. Concluyó que las personas que participaron en clases de danza regular experimentaron un aumento significativo en su autoestima y confianza en comparación con aquellos que no lo hicieron. La danza fomenta la aceptación del propio cuerpo y mejora la imagen corporal, lo que lleva a una mayor autoaceptación.

Coordinación, memoria y concentración son también elementos implicados en el baile,  lo que proporciona una estimulación cognitiva beneficiosa para el cerebro. Según un estudio de la Universidad de Illinois, las personas que practicaban bailes complejos regularmente mostraban una mejora significativa en las habilidades cognitivas, como la memoria espacial y la capacidad de atención. Estos beneficios pueden ser especialmente útiles en la prevención y el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

La danza es, además, una actividad social que fomenta la interacción con los demás. Participar en clases de baile o en eventos de danza puede ayudar a las personas a construir nuevas relaciones sociales y fortalecer los lazos existentes. Un estudio publicado en «Frontiers in Psychology» en 2018 afirma que la danza en grupo mejora el sentido de comunidad y pertenencia, lo que a su vez reduce la sensación de soledad y aumenta la felicidad general.

La danza también ha demostrado ser eficaz en el alivio del dolor crónico. Un estudio publicado en «Pain Medicine» en 2016 encontró que las personas con dolor lumbar crónico que participaron en clases de danza experimentaron una reducción significativa en el dolor y una mejora en la función física. El baile promueve la liberación de neurotransmisores que bloquean las señales de dolor, proporcionando alivio natural sin efectos secundarios.

En conclusión, la danza para aficionados va más allá de ser una forma de entretenimiento; es una herramienta terapéutica poderosa respaldada por la evidencia científica sólida. Los beneficios emocionales, cognitivos y sociales de la danza son innegables y ofrecen una forma creativa y agradable de mejorar la salud mental y emocional. Ya sea que prefieras ballet, salsa, hip-hop o danza contemporánea, encontrar un estilo que te apasione puede ser el primer paso hacia una vida más saludable y equilibrada.

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