IRENE CANTERO INAUGURA EL MONASTERIO DE SAN ISIDORO CON ‘EL VUELO’ EN COMPLICIDAD CON EL PÚBLICO

El segundo escenario que integra el eje escénico del Festival Internacional de Danza de Itálica 2015, el Monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce, abre sus puertas mañana, a las 22’30 horas, a los espectadores sevillanos, con una creación de la joven coreógrafa y bailarina, Irene Cantero, titulada ‘El Vuelo‘, reaizada expresamente para este espacio y que, para su desarrollo, cuenta con la complicidad del público asistente.

Se trata de un espectáculo donde aparecen elementos de la performance, de la instalación, del vídeo, de formatos expositivos y que, por lo tanto, adquiere tintes de diferentes disciplinas artísticas, un espíritu híbrido y de multiplicidad de miradas, que ha sido el punto de partida creativo de esta artista que, además, tiene formación como iluminadora y escenógrafa.

‘En el escenario estamos David Benito, Roberto Baldinelli y yo, y los tres hemos trabajado muy estrechamente, también con Álvaro Cantero, encargado de la proyección, y con Julia de Castro, que es cantante y actriz y ha creado un sonido ex profeso para esta obra, al que se suma la colaboración de Territoire‘, explica Cantero. ‘Todos nosotros hemos hecho de todo, y de ahí surge una pieza de formato híbrido, en la que no hay temáticas marcadas, ni hay jerarquías, ni hay separaciones… Se trata de compartir un tiempo y una mirada, desde donde uno quiere mirar, son sensaciones e ideas‘.

También hace hincapié la creadora en la relación de este espectáculo con el público. ‘Desde el punto de vista de no marcar jerarquías surge un nuevo concepto de coreografía, en la que tratamos de acercar al público para que comparta todo el espacio con nosotros, aunque queremos que el público se sienta libre de poder participar o no. Se trata de una propuesta expositiva, más que participativa: si necesitas mirar algo más cerca, acércate y mira‘, dice la coreógrafa, que apunta también al respecto del título de la obra: ‘Se me quedó colgando la idea de unas piezas anteriores y quise rescatarlo ahora, porque me apetecía trabajar sobre expansión y libertad‘.

Según Cantero, ‘este es el estreno oficial de esta obra y tenía mucho interés en trabajar sobre este espacio en sí, que tiene una historia y donde la obra se re-significa y se readapta, en función de este espacio. El Monasterio está plenamente presente en «El Vuelo»‘. En cuanto al espacio sonoro, ‘muy guay‘, en palabras de esta creadora, hay dos partes: ‘Una es la que aporta Julia de Castro, hecha a medida totalmente para el espectáculo, y otra es la colaboración de Territoire, que aporta una pieza electrónica, clara y rotunda, en oposición a la música de Julia, a su violín, a su voz, carnal y personal‘

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