21/nov
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‘Así pasen veintitrés años…’ (III)

Tercera entrega en la que paseamos por los veintitrés primeros años de la historia del Festival Internacional de Itálica de la mano de la periodista Marta Carrasco. En esta ocasión nos encontramos con unos años de fastos y celebración entorno a la EXPO’92.  Puede leer el anterior capítulo aquí.

Faltaba un año para que el 92 significara algo mucho más que una fecha en la historia de Sevilla. En 1991 Itálica quiso hacer algo más que un festival y se organizó una gran fiesta inaugural con un sorprendente cartel de estrellas: Nacho Duato y Catherine Allard, quienes bailaron Arenal y Michael Clark y Stephen Petronio quienes acompañados por Gualberto hicieron una arriesgadísima danza por las mismas gradas. La noche anterior al estreno, Nacho Duato, Catherine Allard y dos personas más estábamos en la grada italicense. Eran las tres de la madrugada. Ellos ensayaban Cor perdut acompañados por un sempiterno sonido de chicharras y ranas. Corría el frescor en Itálica y ambos artistas bailaban bajo las estrellas en lo que fue un momento para siempre imborrable e indescriptible. Soledad, noche y danza y siempre Itálica.

1991 fue también el año de las estrellas de la danza española, aquellas que siempre están fuera. La genial Trinidad Sevillano interpretó Giselle con el Boston Ballet, y Arantxa Argüelles junto a Peter Shauffus fueron las estrellas del Ballet de la Ópera de Berlín. Una sevillana que también triunfaba fuera, en Madrid, Merche Esmeralda, nos devolvió a Sevilla la pasión con su interpretación de Medea del maestro Granero junto al elenco que dirigía, el Ballet Español de Murcia.

Llegó el 92 y lo demás. Se había inaugurado ya la Exposición Universal. La isla de la Cartuja estaba repleta de espectáculos por doquier y el Festival de Itálica presentó ese año la programación más larga de su historia.

Un hito entre las compañías: actuó por primera vez en Sevilla la Martha Graham Dance Company, que presentó la obra póstuma de la coreógrafa fallecida el año anterior, The eyes of the goddess.

Ese 92 algunos países contribuyeron a difundir su cultura a través de la danza y ello se produjo en Itálica. Así, Les Grands Ballets Canadiens nos ofrecieron una curiosa versión del Sombrero de Tres Picos, y el festival se inauguró con una gala de Estrellas con alumnos de María de Ávila. Pero hubo muchos más estrenos internacionales, anoten porque da vértigo: Helnsinki Theater Dance Company, BalletMet, Compagnie Chopinot, English National Ballet, Ballet de Santiago, Ballet Gulbenkian, Ballet del Teatro Lírico, Compangnie Maguy Marin, Ballet Español de Murcia de Merche Esmeralda, Danza Hoy y Ballet de Víctor Ullate.

 

Foto: Servicio de Archivos y Publicaciones de la Diputación de Sevilla.

Continuará.

 

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